14 jun 2008

El amor te vuelve idiota

Ella se miró en el espejo y notó que sus ojeras eran demasiado evidentes. Ni corrector, ni base fluida ni mouse color baige. Nada absolutamente nada era capaz de ocultar aquel desperfecto matutino. Entonces decidió forzar su imaginación y limitarse a un simple delineo de ojos con un lápiz de Avón color marrón oscuro.
Con aires de resignación bien disimulada salió de su casa. Casi convertida en un cubito de hielo camina a las 9.34 por calles con olor a ciudad podrida. No hay nadie (situación extremadamente rara) en ningun lado, solamente autos vacíos y palomas volando, comiendo y cagando en la esquina derecha del segundo balcón del cabildo.
Exactamente a las 9.45 se detiene a atarse los cordones de sus zapatillas rojas y descubre asqueada que las puntas de sus trenzas ahora son pedazos duros de algodón embarrado. Mascullando vulgaridades continua su camino y en un inesperado giro del destino decide cruzar de vereda para mirar las novedades de la libreria " El camino".
En un brusco encuentro se topa con él. Él, su amor platónico desde hace años, al verla tran concentrada en el último libro de Galeano pronuncia una palabra equivalente a un átomo de hidrógeno en la inmensidad del mar (o algo así) o ni siquiera eso dado que no era una palabra en sí sino una interjección que al transcribirla estaría compuesta por 3 letras, una de las cuales ni siquiera se pronunica. Fue un simple : -Hey! y ella estúpidamente estúpida se limitó a levantar una ceja y dijo -Hola. Pero no fue un Hola de esos que llevan implícito "holateamocasateconmigoypartimenmilpedacitos" fue un Hola que derramaba nervios y otras cosas no muy agradables estéticamente, porque claro ella estaba engripada o sea que además de los nervios, bajo esta situación la secresión de mocos estaba en su punto más alto y no había pañuelo descartable o papel higiénico capaz de frenar tal alúd. Entonces tartamudea (siempre lo hace) y no tiene mejor idea que fingir que la llaman por teléfono. Mientras su imaginación fluye sin límites en una ficticia charla con "x" persona sobre la pelicula "Un perro andaluz" el desaparece al doblar en la esquina siguiente.
No entiende. No comprende.
¿Hay lógica en esto?
¿Qué?¿Cómo?¿Dónde?¿Cúando?
Hace un momento estaba y ahora no.
La habló, eso era lo importante.
Pero para qué.
Pobre, lo único que recibió fue un par de plabras entrecortadas, mocos asomando y una cara de pánico terrible.
Ella no lo sabe, no entiende que las maquinas para volver el tiempo no existen.
Esas cosas solo suceden en Dejala Correr y ahí se quedan, no trascienden a la vida real.

7 comentarios:

Berenizz dijo...

mierda
maldito destino (?)
esos encuentros casuales pueden causar estrasgos

besos

Pasajera En Trance dijo...

el destino...siempre el fuckin destino

besos!

ARACA CORAZÓN dijo...

La tímidez te pone estúpida.
El enamoramiento exacerba la situación.

ARACA CORAZÓN dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Marla Singer dijo...

ay...

vimos un perro andaluz en mi casa.

yo era "x"?

ARACA CORAZÓN dijo...

Asi es Marla Singer.
En este relato sí.
Pero como es una súper distorsión de lo que realmente sucedió, en mi imaginación así fue.

Anónimo dijo...

Es una secuencia aleatoria de la realidad, una de esas tantas que el destino nos depara. No se exigen ni preguntas ni respuestas, sólo la importancia de saber que eso tan preciado, siempre esta.

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