Regla número uno

De repente te topas con un cliente que resulta ser psicólogo o psicoanálista.
Este sujeto decide burlarse de una mujer.
Esta mujer entra al local y pregunta por una biblia.
Mi compañero le dice que vaya a tal libreria la cual se especializa en textos biblicos.
El supuesto psicólogo/psicoanalista mira a la mujer religiosa y esboza una sonrisa maligna, no sin antes acotar: ¿Venderán ahi el KamaSutra? Porque me lo quiero comprar.
La mujer desconcertada y un tanto disgustada lo mira de reojo y pregunta dónde quedaba esa libreria cristiana.
Él y yo, cómplices, nos reímos de aquella broma de mal gusto pero para desgracia mía resultó ser una mala elección el burlarme de aquella mujer.
Resultado: Fuego saliendo por los ojos de mi compañero y lava brotando de la boca de mi jefa.

Recuerden: No burlarse de los clientes. Por favor.